Carmen
—Hija, es realmente una alegría tenerte aquí ¡Verte! ¡Saber que estás bien! ¡Oh ahora estaremos juntos como una familia cuando vuelvas a Luna de Sangre!—decía mi madre, absolutamente deleitada.
La veía bien vestida, maquillada y peinada como si fuera a un gran evento, viéndome de arriba a