"Lyra, ¿adónde fuiste? Hace mucho tiempo que dejaste la mesa".
La voz de Oscar interrumpió el suave murmullo del salón de banquetes. Al acercarse, recorrió con mirada suspicaz el espacio entre Álex y ella. La proximidad entre ambos, ese sutil acercamiento, le provocó una visible tensión en la mandíbula.
Lyra giró para mirarlo de frente, transformando en un instante su expresión sensual en una indiferencia. "¿Acaso tengo que contarte cada paso que doy, Oscar?"
Él se erizó y su tono delataba sus celos. "Pero vinimos juntos, ¿no?"
Durante años, Oscar había perseguido a Lyra, obsesionado con conquistar a quien todos consideraban una de las mujeres más hermosas de Vancouver. La relación entre ambos avanzaba favorablemente, en especial cuando él decidió invertir capital en el emprendimiento de ella.
Álex observó el intercambio con atención. Le sorprendió cómo Lyra había cambiado en un instante: de una mujer seductora a una reina elegante de impecable frialdad frente a Oscar. Ahora entendía p