—¡Espera! —ladró Charles bruscamente, congelando a todos en su lugar.
Se inclinó hacia adelante, su voz goteando intriga.
—Tengo información de mis informantes. Aparentemente, Álex está escondiendo algo extremadamente raro: el ingrediente esencial del Elixir Esmeralda.
—Si puedes arrancar ese secreto de sus manos codiciosas, Clara sale libre, ¡y serás recompensada con diez millones de dólares!
Los ojos de Florence se agrandaron con anticipación codiciosa, brillando como diamantes captando la luz.
—¿Diez millones de dólares? ¿Estás absolutamente seguro?
Charles mostró una sonrisa malvada, ojos fijos en los de ella. —Nunca hago promesas vanas.
Los labios de Florence se curvaron en una sonrisa despiadada, los engranajes de su mente girando furiosamente.
—Eso no es un obstáculo. ¿Un simple ingrediente de ese tonto patético? Se lo arrancaré yo misma. ¡No se atrevería a desafiarme!
Charles se recostó tranquilamente, satisfecho. —Entonces espero con ansias tu triunfante regreso, señora Lancas