Capítulo 138
Bill mostró los dientes, luego estrelló a Charles contra la pared con un golpe nauseabundo que hizo temblar cada cristal en la habitación.

El impacto le robó el poco aliento que le quedaba a Charles; se desplomó en el suelo, tosiendo violentamente hasta que las lágrimas bordearon sus ojos.

—Mírate —se burló Bill, con los labios curvados en disgusto—. Te has orinado encima, ¿verdad? Patético pequeño cobarde.

Charles permaneció de rodillas, temblando tan fuerte que apenas podía mantenerse erguido.

Sus pulmones ardían y su mente giraba con vergüenza. Todo lo que podía hacer era mirar el suelo pulido, deseando poder hundirse en él y desaparecer.

Bill dio un resoplido despectivo mientras se daba la vuelta para irse.

—¿Te llamas a ti mismo un hombre? —escupió, su mirada recorriendo a Charles con ardiente desprecio—. No eres más que un perro empapado en orina tirado en su propia inmundicia.

Cuando Bill finalmente salió, su risa burlona persistió en el pasillo como un olor rancio.

Charles perm
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP