35. INVASIÓN
NARRADORA
Las casas y los árboles en llamas, las mujeres con los niños corriendo descoordinadas, los guerreros luchando contra unos lobos que salían desde los lindes del bosque, entre las callejuelas, los rincones…
Poco a poco, cercando e invadiendo su manada.
Algunos, en su forma humana, prendían fuego a los edificios y lanzaban ataduras para cazar, sobre todo, a las mujeres.
El corazón de la curandera se hizo añicos al ver una partida de guardias aparecer desde un costado. Era el apoyo, los que estaban de cacería.
Entre ellos destacaba el lobo bicolor que cargaba contra el enemigo con los caninos afuera, lleno de rabia. Era su hijo.
El Alfa los incitaba a luchar para proteger la manada, o más bien, para protegerse a sí mismo.
Desde las alturas, Maggi lo vio todo. Nunca había estado tan inconforme con su líder.
Le suplicó tanto que escuchara a Lorien.
¿Acaso ella era la única que vio la verdad detrás de la expresión de la jefa de doncellas?
El Alfa era un ciego a conveniencia, un in