Por Abigail
-Cena para dos.
Dice Susy en la cocina.
-¿Están los dos doctores?
Pregunté con dudas.
-No, está el doctor Gonzalo y la reina del maltrato.
Una angustia terrible se apodera de mí.
Trato de disimular lo que siento en mi corazón.
-Hasta le preguntó al doctor, si les podías servir vos y el doctor le contestó muy mal.
Gonzalo me va a proteger de la maldad de Ruth, algunas veces, pero siempre va a terminar a su lado.
Eso va a ser hasta que encuentre alguna mujer que le atraiga más que yo y me deje de lado, entiendo que solo soy una amante para él, pero no puedo evitar amarlo y si él reclama mi cuerpo, ahí voy a estar yo, a sus pies.
Es difícil comprender mi situación, porque lo admiro, lo amo y a la vez tengo cierto resquemor en su contra.
No me hago ilusiones de ser algún día la dueña de su corazón.
Es un hombre poderoso, un cirujano increíble y un amante prodigioso.
Es verdad que nunca estuve en otros brazos, pero lo que siento cuando estoy en sus brazos, creo que no lo sentir