—Veo que tienes mucha urgencia, no demoraste nada en llegar, ahora dime que negocios tienes para mí y apurando la información, ya que tengo que hacer algo que tú en esta vida no has hecho o sea ganarse la vida par poder comer y pagar gastos.
— ¡Estás muy apurado por abrir las piernas! ¡Tanto te urge! Entonces ábrelas para los clientes que yo te diga
Wilson le lanzó tres billetes de cien en la cara de Nelson y lo cogió del cuello, estaba harto de que la gente lo mire como un inútil, bueno para nada y menos este gigoló que aunque tiene buen cuerpo, dejo empeñado su cerebro
— ¡Suéltame estúpido! ¿Qué te crees que eres? No puedes venir a mi casa y tratarme así, lárgate ahora mismo,no eres nadie Wilson Conrado
Nelson sentía que le faltaba el aire por el agarre, no lo soltó, lo arrastro al cuarto y lo tiro a la cama, cerro la puerta con seguro mientras hacia unas cuantas llamadas
—¡Wilson! No, no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir
— ¡Tantas mujeres y hombres te han tocado! ¿