Sin saber que hacer por su exabrupto, lo único que se le ocurrió a Franck fue besarla, tan suave y con tanto amor para que se olvidara de su dolor, Melanny aún sin abrir los ojos empezó torpemente a corresponder el beso que se tornó apasionado en instantes, su lengua experta saqueaba todo a su paso en la cavidad bucal de su amada, haciéndola perder la cordura poco a poco y el no estaba mejor.
Poco a poco se fue soltando jadeo profusamente, coloco su frente en el pecho de su amado, como disculpándose por su momento de locura, para poder controlar su respiración si no cometería una estupidez hay mismo, no la soltaría hasta hacerla llorar y suplicar, sabia que jamás se excedería en una situación así, aun así le dio un poco de miedo.
Melanny fue abriendo los ojos lentamente con la respiración agitada, pero muy consciente del peso extra en su cuerpo y esa fragancia a gel de baño que tanto le gustaba, sin duda alguna, él es su otra mitad, su alma gemela, su amor era este hombre y no se ale