En la Suite Presidencial del Hotel Marriott.
"Llenaré tu agujero rosa hasta que todo lo que sientas sea yo." Los pezones de Raquel estaban duros, recordando el objetivo de su esposo.
Tener a Adrián dentro de ella siempre era tan satisfactorio. Sin embargo, no era solo su tamaño; había algo sobre la manera en que él la deseaba que siempre la hacía sentir sexy y amada.
Estaba en la ducha, preparándose, cuando todos estos pensamientos penetraron su mente.
Raquel se apresuró en su baño, y después de asegurarse de que olía celestialmente, se puso una de la ropa interior que ella y Zoe habían comprado el otro día.
Se puso una tanga negra de mariposa y un sostén transparente que apenas hacía el trabajo de sostener sus senos. Después de revisarse en el espejo, Raquel se cubrió con una bata de satén roja. Luego, fue al dormitorio.
Adrián la estaba esperando. Estaba recargado en la cabecera, completamente desnudo. Su miembro estaba erecto, y su mano estaba acariciando su longitud. Esa escena, co