Al parecer a Klaus no le importaba mucho que hubiera más personas en la sala y que además su hermano estuviera por los alrededores. No parecía tener constancia de sus actos pues la forma en que recorría a Isabela de arriba abajo era bien atrevida.
-Solos somos nosotros aquí ahora. Debo decir que estás preciosa, ese color te queda realmente bien- le dijo a modo de cumplido.
Elena respiró profundo. Si había algo incómodo era que alguien en quien no estabas interesado te hiciera insinuaciones.
-Señor Pickman…
-Klaus- él insistió como no sabía que vez desde que se conocían más ella no prestó atención.
-Señor Pickman, buenas noches y gracias, pero ya casi me retiro, espero a mi esposo.
Lo escuchó chasquear la lengua.
-te puedo asegurar que tu esposo está ahora mismo realmente ocupado. No creo que termine rápido.
-En ese caso también debería hacerle compañía a él y compartir como hermanos- acaso ese hombre no se daba cuenta del rechazo hacia su persona.
Pues al parecer no.
-Elena-