Un error lo comete cualquiera. Pero cuando este influye en las vidas de las personas y destroza su realidad, ¿qué haría usted? ¿Podría perdonar ese hecho? Seguiría adelante o, ¿buscaría retribución? La vida cambia para Samantha al ser acusada injustamente de un acto que a todas luces es contrario a su naturaleza, una infidelidad jamás sería algo que ella haría. Volviéndola objeto de humillaciones, maltrato verbal, catalogado como violencia intrafamiliar, que a pesar de que ella no lo acepta, es notorio que ha sufrido de ciertos actos que ella consideraba afecto de parte de su esposo. La separación es la única solución sensata, para poder esclarecer las calumnias que le fueron levantadas, lo malo es que el resultado no era ni tan simple de alcanzar, ni nada de lo que pudiera esperar. Al final y después de no darse por vencida, Samantha descubrirá que su batalla es con el propio destino, que se empeña en encausar su camino, el cual perdió cuando alguien se cruzó en este, empecinado en vivir una vida que no le tocaba. ¿Qué pasaría si te casaste con el hombre equivocado?
Ler maisY la vida se abre paso...
El personal de servicio corría en su desespero porque a la señora de la casa se le había roto la fuente, alguien debía llevar la maleta, alguien estaba llamando al ginecobstetra, el chofer apareció para decir que estaba listo.
Pero no podían partir aún, porque no estaba a la vista Samantha y es que en el alboroto la dejaron sentada en una silla en la cocina que es en donde todo empezó.
—Amelia, por favor, ¡ay...! Avísale a mi esposo que ya vamos para el hospital.
—Si señora, ya lo hice, solo dejé el recado porque está en una reunión.
Samantha respira hondo y siente otra punzada, el chofer y otras dos mujeres del servicio llegan en tropel para asistirla y subirla al vehículo.
Con tanta conmoción, Samantha tiene que alzar la voz —¡Alto! Respiren... inhalen-exhalen. ¡Listo! Ven, si funcionaron los cursos. Ahora, Amelia ayúdame a llegar hasta el auto.
Amelia obedece y le ofrece su mano derecha para que se apoye, mientras con la izquierda la pasa por su espalda, pero ni la toca, por su experiencia sabe que el contacto puede ser molesto.
Al llegar al hospital un equipo ya espera en la entrada, Samantha siente que es demasiado dramático el recibimiento, ya que ni siquiera la dejan entrar por su propio pie, la sientan en la silla de ruedas y la ingresan.
Primero le ofrecen una disculpa, porque su doctor tratante se encuentra fuera de la ciudad, por un congreso, Sam lo entiende perfecto, su parto estaba adelantándose porque solo tenía 39 semanas.
—Descuide señora Mitchell, tenemos un equipo calificado que se encargara de usted.
Tras la revisión, determinaron que le darían tiempo a que aumentara la dilatación, pues solo tenía cuatro centímetros, luego conectaron el monitor fetal.
Unas cuantas horas después, Sam ya no sintió el movimiento del bebé y oprimió el botón para que acudieran.
Una doctora entró y trajeron el ultrasonido para ver el estado del bebé, todo estaba normal, incluso le mostró que ya estaba posicionado para salir.
...
Todo cambio de un minuto al otro, cuando Sam empezó a sentir un dolor agudo en el pecho y tanto su monitor como el del bebé se descontrolaron, las enfermeras, así como los doctores, entraron y dijeron que estaba teniendo sufrimiento fetal, por lo que no podrían esperar y debían realizar una cesárea.
Sam, luego de firmar consentimientos, porque su esposo no aparecía y no había nadie más con ella, solo la pobre Amelia, quien la quería como a una hija, lamentablemente no lo era.
En lo que Sam estaba en la sala de operaciones, Carter su esposo por fin llega y Amelia le relata lo sucedido, y por el momento no hay nada que pueda hacer.
Una doctora sale a informar que ya es padre de una hermosa niña y que pronto podrán verlas, pues las trasladarán a su habitación, por lo que ya no es necesario estén allí.
Estando Carter al pendiente manda a descansar a Amelia y le agradece por siempre estar cuidando de su esposa, por su parte la mujer le pide permiso para poder ver a la niña y luego retirarse.
Y en efecto, las enfermeras llevan primero a la bebé, un pequeño bultito envuelto en una cobija rosa, el padre orgulloso, no cabe de la felicidad —mírala, es tan chiquita.
Amelia se emociona y junto con Carter derraman unas cuantas lágrimas de felicidad, es entonces que abren la puerta y meten a Sam, que está en un estado preocupante, su complexión desmejorada y pálida alarman a los presentes.
Más tarde el reporte que le presentan a Carter lo enoja, pues por poco y pierde a ambas. Lo que más teme es que el sufrimiento fetal que tuvo su hija tenga consecuencias.
De las cuales se pone a investigar y ruega al universo porque su pequeña no presente retraso en el crecimiento, insuficiencia cardíaca, o alguna discapacidad intelectual.
Por lo que con el mejor de los intereses en el momento que son dadas de alta, Carter lleva a su hija a que la revisen concienzudamente y más de un especialista.
Con el paso de los días, el desarrollo de la pequeña Florence demuestra que afortunadamente es una niña normal y sana.
Un año después...
Los padres orgullosos reúnen a algunas amistades para celebrar el primer cumpleaños de su hermoso tesoro, risas, regalos y muchos recuerdos son hechos en tan especial ocasión.
Solo la familia de Carter y en concreto su hermana y madre se resistían a unirse a la celebración, al terminar la fiesta, no pierden oportunidad de sacar su repertorio de comentarios cizañosos.
—Mi vida, tú a su edad eras una monada, todo blanquito y sin ningún cabello a la vista, Florence es como muy peluda.
—Ya vas a empezar, todos los niños son diferentes —comenta Carter con ánimo de disipar las osadas palabras de su madre, quien siempre era instigada por su hermana.
Sam aparece con Florence para repartir más dulces, a lo que la señora y su cuñada hacen muecas de desagrado reusándose a aceptar.
—Oye Samantha, no podríamos buscar algo sobre tus orígenes, es que es muy raro que la niña solo haya sacado las características de tu lado familiar —añade la cuñada.
—Es algo que me encantaría, desafortunadamente nuestros intentos no han dado ningún fruto —Sam mira a su marido y este le dice en voz baja, “lo siento”.
Y de verdad que si lo hace, desde que a Florence se le fueron oscureciendo los ojos azules para quedar en un grisáceo hermoso, su abuela no dejaba de buscar comparaciones con su hijo y la falta de similitudes entre hija y padre.
Eso era a la vista y oídos de cualquiera, lo peor siempre lo guardaban para cuando estaban a solas con Samantha, su veneno y falta de escrúpulos no conocían límites, en varias ocasiones a la tonta nuera no le quedaba de otra. Solo podía amarse de paciencia y mostrar que aquello no le afectaba.
Para Carter era lo mismo, cuando estaban a solas, solían peguntarle qué tanto confiaba en su esposa, la creía capaz de mentirle, y con el pasar de los años reiteradamente le decía que dejara de ser tan ciego.
Lo evidente estaba frente a sus ojos, solo él y su tonto amor le nublaban el juicio.
Alexia, su hermana, buscaba formas de estar incomodándolo, y es que desde que se había casado su hermano la relego, haciéndola sentirse que ya no era el ombligo del universo, cuando regularmente él solía mimarla.
Aunado al rechazo que sufrió cuando su amiga Patricia dejo de ser la novia de su hermano, otra perfecta compañera de aventuras de su hermana, ambas echadas a perder por sus respectivas familias.
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Título original: Divino desastre.
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El motivo retorcido de Alice para llevar a cabo aquel acto, que no solo le quito la vida, sino que le robo la paz a Morgan. Si ese era el objetivo, el gusto le duro poco... La presencia de Samantha en la vida de Morgan Koch era no solo de compañía y conveniencia por compartir la crianza de sus dos pequeñas. Ella se convirtió en lo que Morgan necesitaba, y que en algún momento deseo hubiera sido ella su esposa y no la desequilibrada. ... —Los recuerdos que nos dejan son el legado más importante que debemos tener presente. En el caso de Alice, lo que les pido es que, si ella les afectó con su actuar, encuentren en su corazón la bondad para poder perdonarla. Somos lo que hacemos y lamentablemente ella hizo mal de varias maneras. Pero no somos perfectos, y nadie se va de este mundo sin pagar sus faltas, estoy seguro de que ella tenía un enorme sufrimiento. Lo que la empujo a su final. Aquellas palabras eran muy acertadas y es que el orador conocía a Alice y a su familia, de forma cer
4 meses después...Morgan ya no podía quitarle las manos de encima a Samantha, en vez de saciar sus ganas de tocarla, estás solo se habían incrementado.Él era el más preocupado porque su situación se volviera definitiva.—¡Ya..., deja levantarme! —le rogaba Sam, pues Koch la tenía entre sus brazos y la llenaba de besos.—No, quiero seguir con lo que empecé.Samantha se escabulle de entre sus brazos, saltando velozmente fuera de la cama, poniendo distancia para que ese hombre no la regresé.—Luego, lo prometo. Recuerda que hoy por fin tengo cita con el especialista.Koch suspira pesado, dejándose caer en la cama, ya que no faltaba mucho para ir por su mujer y devolverla a la cama.Sam camina a la puerta, Morgan le ha insistido tanto que cambie sus cosas a su recámara para por fin compartir el espacio, solo que ella testarudamente se rehúsa.Una vez en su cuarto, Sam se mete a ducharse y lamenta que no pudiera continuar recibiendo los mimos de ese formidable hombre.Cada vez se le hace
Observarla así, le hizo pensar en cuanto quería jalar su cabello y tomarla en sus brazos para poder devorar esa boca, que cada que la veía lo invitaba a fantasear. Sam giró y al observarlo perdido con la mirada fija con un brillo en sus ojos, un escalofrío la recorrió, atribuyéndolo a lo vacío que estaba el lugar. Lo más inteligente era poner algo de distancia para controlar los deseos de cargarla y tomarla allí mismo contra cualquier pared o aún mejor frente al ventanal, dominante, por supuesto, que era un cabrón en la alcoba. —Necesito que me acompañes a la recámara o perderemos esta vista. Sam lo pensó un poco, es que el hombre lucio como todo un depredador y no se equivocaba, pero ese depredador haría cualquier cosa por ella, entre eso jamás la forzaría a nada. Al fin ella suspiró y avanzo —muy bien, solo espero que sea tan espectacular como la que acabamos de apreciar. Ojalá que no sea una de esas líneas para llevar a las féminas a tus dominios. Al entrar ella constató que
Wil fue el encargado de coordinar todo, mientras Amelia le preparaba una maleta con las prendas que Sam podría necesitar, pero la indicación de su jefe fue que viajara ligero, cualquier cosa que requiriera podía ser comprada en aquel destino al que la llevaría. —Sam, hoy tienes que hacer algo a petición del señor Koch, el chofer te espera para llevarte —la mujer quería repelar, pero había ocasiones que el hombre requería documentos o a lo mejor era algo más importante. —¿No puede esperar a que lleve a las niñas a dormir? —Oh, cariño, no te preocupes por ello, Adele y yo podemos con eso. Samantha fue echada, así se sintió, para cuando vio el vehículo que la esperaba cayó en cuenta que no pregunto sobre qué era lo que le llevaría. Al alejarse solo pudo enviar un mensaje para preguntar, pero la respuesta solo decía que: “todo lo que necesitas está en la cajuela”. Así, luego de un trayecto considerable, vio que se acercaban al aeropuerto y que no se detenían, no, el vehículo utilizo
Sin obstáculos que estuvieran merodeando o entrometiéndose, es que por fin en la casa de Koch se respiraba paz.Esa que tenía unos meses se vio arrebatada por el descubrimiento de una verdad que nadie imaginaba.Samantha descubrió que aquel lugar se sentía como un hogar, ya no se veía como una extraña en los dominios del jefe.Mentiría si negara que Morgan con cada acción no le demostró lo apreciada que ella era para él.Y sus emociones las vería en palabras y detalles que a ella la ponían, no incómoda, no. Esa etapa ya la había superado.Tenerlo en la mente era una constante, imaginar lo que diría de tal o cual situación.Tomar en cuenta los gustos que él tenía y basándose en ello hacer planes, tanto para el hogar como para las salidas como familia.Lo que se le hacía raro a Sam es que ese hombre que no dejaba de coquetearle, no hacía la pregunta.Y él no lo hacía simplemente porque aquella mujer era especial, tanto que no creía que mereciera, empezar algo con ella, antes de finaliza
La vida no siempre va como uno la imagina, dile tus planes a Dios si quieres hacerle reír.Para Morgan, la aparición de Samantha y Florence en su vida era un hecho afortunado.Mejor aún cuando esté desarrollo una atracción por la mujer que en un principio le crispaba los nervios.A la cual con el tiempo encontró que era un ser excepcional.Y de acuerdo a sus últimos pensamientos, su familia estaría completa en cuanto ella aceptara tener una relación con él.No cedería hasta que eso pasará, pero como siempre algo o alguien le arruinaría aquellas fantasías.Sus suegros volaron para ir a ver el estado de su hija, quien odiaba a todo y todos en aquel momento.Solo deseaba salir de ese encierro, sus padres tampoco estaban al tanto de lo que la depresión aguda le había ocasionado a su hija.Esto iba más allá de un comportamiento consciente, y ellos no sabían cómo sentirse ni que opinar.Al verla en aquella condición tan deplorable no pudieron más que pedirle ayuda a los especialistas de psi
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