No era una mala idea, pero tampoco les terminaba de convencer esta actitud, la mayoría de las personas no son buenas con otros sin que quieran algo a cambio, así que al principio sin emocionarse fueron a distraerse y apenas y pidieron algo.
Todos disfrutaban del ambiente, esperaban que nadie dañara el ambiente más de lo que ya estaba, se animaron y empezaron a descontrolarse un poco, excepto Mario y Andrés, que tenían temas pendientes para conversar.
Entre los dos sentados en una mesa empezaron la disputa.
- ¿Qué es lo que quieres aquí? – dijo Mario.
- ¿No te enseñaron a respetar a los mayores? – preguntó Andrés.
- No te confundas, no te tengo respeto a ti – respondió Mario.
- Pensaba que porque fuimos víctimas del mismo asesino podríamos llevarnos bien – expresó Andrés.
- Eso pudo surgi