- Creo que por fin lo hice – dijo Mario exhausto.
- Miró la pantalla de su celular y vio que eran las 8 de la noche – ¡Maldita sea! Si no llego pronto, Carlos me volverá a llamar.
Puso hojas sobre la tierra recién plantada y con una linterna se aseguró que todo estuviera bien dentro de lo que podía ver, y juró no regresar por mucho tiempo. Un nuevo lugar que debía evitar “el parque”.
Caminó apresurado a la salida con la linterna de su celular a todo momento, para él era imprescindible salir de ahí sin que lo vieran, era un experto en escabullirse y lo puso en práctica.
Al parecer nunca nadie lo vio entrar o salir, todo estaba perfecto, el guardabosques ni asomó sus narices cerca de Mario.
Este llegó a su casa y en media hora arregló todo lo que tenía pendiente, además llamó a Carlos para decirle que ya