[ALYA]
Esa misma noche
La mansión está en silencio. Cada sombra parece un testigo, cada crujido del piso una alarma. Samuel cree que estoy arriba, ocupada en reuniones inventadas. Nadie sospecha que estoy escapando, que me dirijo hacia él, hacia Zaed, hacia el fuego que aún arde en mi interior.
Abro la puerta trasera y el aire húmedo de Miami me envuelve. El perfume del mar, la brisa que revuelve mi cabello y la oscuridad que cubre la playa me trasladan inmediatamente a nuestros recuerdos: las escapadas secretas, los besos robados entre olas, las risas entrecortadas, la pasión que siempre supimos contener. Cada paso hacia el auto deportivo de Zaed es un acto de rebeldía y deseo, una mezcla de miedo y anticipación.
—Gracias por venir —dice su voz grave y contenida, como siempre—. Sabía que sería difícil que dijeras que sí.
—No debería… —murmuro, tratando de mantener la distancia—. Nadie puede saber que estoy aquí.
Sus ojos azules me atraviesan, y por un instante olvido todo lo que me r