CAPITULO 21

LUCIANA

Luego de que Julián diera media vuelta y se marchara,  permanecí donde estaba mientras él se alejaba.

Las lágrimas no tardaron en fluir y las sentí deslizándose por mis mejillas.

De repente, mi cuerpo se encogió como si hubiera recibido un golpe físico que me doblaba las rodillas y me obligaba a caer de cuclillas en el suelo. En ese instante,  la ira desapareció y comencé a sentirme vacía y muy triste.

Me sentí una completa tonta porque de todos modos, en algún momento, lo que acababa de pasar sucedería. Él fue claro al decir que solo comenzaría a rendir cuenta de sus actos cuando encontrara a la mujer adecuada, por lo que yo solo estaba siendo su diversión del momento y nada más.  No sentía nada por mí, solo deseo; un deseo que tarde o temprano se apagaría.  

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo