LUCIANA
Oír de la boca de Julián que solo me quería a mí, me había impulsado a ingresar a la habitación antes de lo pactado con Alessandro.
Su plan había sido simple: quería que Julián confesara sus sentimientos por mí y que tuviéramos una oportunidad de reanudar todo lo que habíamos dejado hace siete años.
—¿Y bien? —le pregunté, una vez que Alessandro nos dejó a solas—. ¿No lo repetirás más fuerte?
Los ojos de Julián brillaron y acortó la distancia que nos separaba.
—Sigues aquí… —susurró, como si estuviera soñando—. No te has marchado.
Negué con la cabeza y se abalanzó sobre mí, abrazándome con todas sus fuerzas.
Cerré los ojos y despacio, elevé mis brazos para corre