Eva, luego de ver que los médicos salieron de la habitación, donde Serena se encontraba, consideró que era una descortesía no entrar a verla, más que nada, porque Alejandro le había comentado que la chica estaba prácticamente sola.
- ¿Puedo pasar? –preguntó Eva con precaución.
- Adelante… -Dijo Serena mirando hacia la ventana.
- ¿Cómo estás?
- Bien… Supongo, solo falta lo que digan los estudios.
- ¿Cómo sientes tu brazo y pierna? ¿Necesitas que te ayude en algo? ¿Quieres que te acomode algo?
- No… ¡Gracias! No hace falta. ¿Te puedo preguntar algo?
- Sí, dime…
- ¿Por qué haces esto?
- ¿Cómo?
- Sí…
- ¿Por qué te portas como si te importara?
- Bueno, Alejandro no está y sé que eres importante para él, así que, solo te cuido como creo que él lo haría.
Serena sonrió de manera irónica.
- Yo no le importo a Alejandro… Fue un error, nunca pensé en el contacto de emergencia.
- Él ha estado aquí toda la semana, hoy fue a tomar un baño y cambiarse, creo que estaba muy preocupado por ti.
- El Alej