Al borde de la muerte.
Escucho voces a lo lejos…
- Azzael eso querías? Hermano por poco la matas! Y tanto dices amarla y no puedes controlarte cerca de ella? Imagínate si le hubieras dado la joya. Sube el calor de esa estufa.
-Me siento tan culpable, dime que se pondrá mejor, aun está muy helada.
-Déjame verla, hazte a un lado. Aun respira y ya está mejor su temperatura. -y si la llevamos al hospital, allá la cuidarán mejor.
-y que les dirás, “ay me enoje y le robe su calor”, piensa, usa tu cabeza. Yo me muevo para poder abrir mis ojos, cuando se quedan en silencio.
-que esperas, ve a su lado, se está despertando. Iré por algo caliente para que coma.
Abro mis ojos y estoy en mi cama, con muchas estufas alrededor, Azzael está sentado a mi lado tomando mi mano y veo marcharse a Miguel. Le pregunto, que me ocurrió, lo último que recuerdo es que tú estabas envuelto en una bruma negra y tus ojos… Lo miro fijamente y son sus hermosos ojos azules, tus ojos estaban negros completamente. -Lo siento mucho Agatha, per