Solemos olvidar que el pasado toca nuestra puerta cuando más nos parece que lo dejamos completamente atrás, y solemos confundir el olvidar con el no querer recordar. El pasado de Ángel llegó a tocar su puerta volviendo a introducirlos en un mundo del que pensaba haber salido completamente. Los amores perdidos, las traiciones, hermandades mentiras y la constante lucha de un hombre por dejar atrás el quien fue y convertirse en algo mejor en medio de una historia que pasa de lo más simple, a situaciones donde el lector de la mano de su protagonista se cuestionará a si mismo un sinnúmero de conceptos que parecen inamovibles, desde la familia, el amor y la muerte.
Leer másLas manos le temblaban a Ángel enfrente del espejo. Los nervios no le permitían ver claramente y no atinaba ni siquiera a abrochar bien su corbata. “Todo puesto en una última jugada”, era la única idea clara que tenía en su cabeza. De pronto sintió como a su espalda una mano escalaba hasta su hombro. Se dio la vuelta de manera brusca asustado y encontró a Luna riendo.-Estás tan nervioso que ni siquiera me escuchaste entrar- dijo su esposa.-Estoy bien- dijo él cortante.-Dile eso a alguien que no haya dormido contigo durante años, estás aterrorizado- dijo todavía en medo de una tenue sonrisa.Ángel no tuvo más remedio que suspirar de manera que le daba la razón.-Ven, déjame atar tu corbata- le dijo ella mientras se le acercaba.Él no parecía tener ánimo de decir nada pero ella estaba decidida a relajarlo.-Marina ya está estable en caso de que te lo preguntes, logré ponerla a dormir- seguía sin obtener respuesta alguna de Ángel y esto la impacientaba- Diana me dijo que la noche de h
A medida que la llamada entre Ángel y Fernando avanzaba, el Capo no podía dejar de pensar en la semejante locura que estaba escuchando. Ángel había dejado de lado cualquier tipo de sensatez y con lo que había planeado era o todo o nada, todas las apuestas estaban en la única alternativa de que esa misma noche terminara a su conveniencia. Fernando tenía su propio punto de vista, por un lado, de salir mal, todo aquello lo perjudicaría a él también. Sin embargo no podía evitar que se le dibujara una sonrisa en su rostro de manera involuntaria al imaginar todo lo que el D'Ángelo le estaba contando. Se podía decir que las personas a las que les gusta causar revuelo terminan entendiéndose. Cuando Ángel por fin terminó, Fernando esperó un par de segundo en silencio reflexionando bien sobre que decir. -¿Sabes qué si el mínimo detalle falla, muestras cabezas van a rodar?- dijo finalmente Fernando. - Aún así no creo que seas capaz de decirme que no tienes curiosidad de ver cómo sale todo,
Todo podía sonar sencillo en principio, cambiar a Luna por Manuel y Mario. La vida de dos personas que solo habían quedado atrapadas en medio del fuego cruzado y que no tenían nada que ver con la locura que no había hecho más que comenzado a desatarse a cambio de una asesina. Sin embargo las cosas estaban lejos de ser así de simples. En el mismo instante que Ángel colgó el teléfonoentendióque las cosas se ibana salir de control una vez mássin importar lo que hiciera. ¿Cómo salir a decirle a una madre que la única manera de traer de regreso a su hijo iba en contra de todo lo que se supone que él debía hacer? No había manera sencilla de decir algo así pero realmente dejar que la mujer que ya había dirigido La Casa Nera una vez volviera a ellos, era como directamente entregarle un arma cargada a un asesino ansioso. Ángel no hacía más que mirar hacia el techo en su cama, recordando la sonrisa de Mario y lo feliz q
Marina volvía a casa con los pies descalzos destrozados por correr sin rumbo por la carretera en buscar del auto que se había llevado a su familia. La sangre corría en sus pies descalzos, tenía los labios rotos y el rostro golpeado, el vestido destrozado y solo podía vagar con una mano aguantando su abdomen adolorido y en la otra cargaba el arma que había usado para dispararle al último de los secuestradores. No es posible saber cómo seguía caminando entre todo ese dolor físico y el verdadero dolor que provenía con pensar que n fue capaz de proteger a la gente que quería. No podía ni pensar en todo lo que podían hacerles a ellos con tal de hacerla sufrir a ella. Lloraba y parecía no tener para cuando parar, el frío de la noche mantenía la piel completamente erizada y acentuaba los golpes que se tornaron morados mucho más rápido de lo que esperaba. Vagaba de regreso a casa perdiendo la esperanza de encontrarlos otra vez. Entró en la sala destrozada dónde Luna ayudaba a
Mario corría riendo por la casa jugando y haciendo a Celia perseguirlo velando porque no pasara nada. Luna y Ángel habían pasado la noche en la casa de Marina, ya habían llamado a Milán para informar que necesitaban refuerzos y que la Casa Nera iba a por Marina, pero omitieron cualquier detalle sobre la Manuel o el niño. Óscar prometió organizar un grupo de soldados de Maurizio y salir hacia Lago de Como esa misma tarde. Mientras tanto Luna y Ángel trataban de disfrutardel ambientey relajarse un poco. Ángel estaba hipnotizado con la vista del lago, los veleros que se paseaban de un lado a otro y las vistas donde las montañas dejaban su reflejo nítido en el agua. Era un paisaje fenomenal, y para un fotógrafo como él, era una tortura el no haber llevado su cámara. -Precioso cierto- dijo Manuelparándose a su lado. -Sí, es hermoso, no me cansaría nunca de una vista así, te hace olvidar los problemas- respondió Ángel. -Ni yo, pero no
Luego de la explosión y el shock no sabían que hacer. Marina estaba aterrorizada, temblaba sin control mientras que Ángelestaba todavía aturdido por la explosión. Ninguno de los dos había resultado herido por suerte, pero una vez más Fantoccio volvía a ponerlos en jaque y esta vez la cosa iba más allá. -Llama a alguien, necesito ir a casa por favor- dijo Marinacasi llorando. Ángel le hizo caso y llamó al apartamento, Luna contestó el teléfono, estaba sola en la casa, en cuanto Ángel le contólo que había pasado le pidió al guardia que la acompañaba que la llevara hasta la casa de moda a buscarlos. Cuando llegaronLuna se le echó encima a Ángel preocupada.Ángel le pidió al guardiaque le dejara el auto y le dio dinero para que regresara a su casa, necesitaban conducir durante un buen rato y en ese momento Ángel no confiaba en nadie, tomó el coche y se marchó con Luna y Marina. Condujeron durantecasi dos horas fuera
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