Dejando al hombre en la recepción, Noah fue a su habitación, donde tomó el celular para llamar a su padre, quien no dejaba de llamarlo y enviarle mensajes desde que se había ido de casa.
— Hola, papá.
— Qué bueno que me llamaste, hijo, ya estaba empezando a preocuparme.
— Mandé un mensaje diciendo q