En el coche, Sofía notó el repentino cambio de humor de Mateo. Estaba serio y conducía en silencio.
Incómoda con todo ese silencio, decidió preguntar qué estaba pasando.
— ¿Pasó algo que no quieras contarme?
— No es nada — respondió.
— Mateo, ¿en serio vas a ocultarme cosas?
— ¿Tú también no ocultas? — Dijo nervioso.
Esa frase le hizo estar segura de que algo muy malo estaba pasando.
— Yo no oculto, solo intento evitar algunas cosas que puedan ser aburridas para ti.
— Sofía, no deberías decir ese tipo de cosas. Sabes cuánto me preocupo por ti.
— Lo sé, pero ya haces tanto por mí — explicó.
— Y quiero hacer más, ¿entiendes? Lo que esté a mi alcance para ayudarte, lo haré sin escatimar esfuerzos.
— ¿Qué quieres saber, Mateo? — preguntó finalmente.
Quería que ese clima terminara, antes de que la convivencia entre ellos se volviera extraña.
— ¿Qué quiso decir ese idiota de Ethan con tener la culpa de que estuvieras en el hospital?
Viendo que no podría escapar de esa conversación, le contó