Ella suspiró saliendo de sus pensamientos.
—Es hora de dormir.
Sus cachorros se quejaron de inmediato pero ella negó con la cabeza.
—No lo volveré a repetir, los amo, mis cachorros.
—Te amamos, mami.
Katherine los acostó con suavidad, les dio un beso en la frente a cada uno y apagó la lámpara antes de marcharse.
Al final no habían hablado sobre Maverik, pero ya abordaría ese tema al día siguiente, de alguna manera se había sentido liberador hablarse al fin de Cassian.
Apenas la puerta se cerró, los trillizos abrieron los ojos al mismo tiempo, como si hubieran estado esperando ese silencio.
Klarissa fue la primera en incorporarse, abrazando su almohada.
—Nuestro papá... —susurró con los ojos brillantes—. Suena como un héroe de las historias que cuenta la abuela Dana.
—No sé si fue un héroe —respondió Kash—. Pero mamá dijo que era muy fuerte.
—Pero también dijo que la quería —replicó Klarissa ofendida—. Los héroes quieren a las damiselas en apuros, salvó a mamá cuando estaba perdida.
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