Alena se acerca un poco más a Luz y su lado maternal aflora… era tan joven y a pesar de no tener demasiada diferencia de edad, las vivencias y falta de apoyo la hacia verla mas pequeña de lo que realmente era.

— Tranquila, tranquila— declara Alena al mismo tiempo que la toma de los brazos, sus manos tiemblan, su cuerpo se encuentra tembloroso y la necesidad de sentirse ayudada destilaba de los ojos de la joven criatura.

— Elliot, Luna — declara Luz con la voz temblorosa.

— Elliot, ¿qué tiene que ver Elliot?— Cuestiona Alena.

— Elliot es el macho con quien me quiere enlazar mi padre.

Luz comienza a jadear nerviosa cubriéndose los labios tratando de mantenerse fuerte, sin embargo en ese instante las lágrimas comienzan a correr de manera contundente por sus mequillas.

Alena la mira pequeña, indefensa y sobre todo innecesariamente preocupada por un destino que no debería tener.

— Tranquila, tranquila— dice ella en medio de susurro— voy a hacer todo lo posible para que tú tengas la opor