Capítulo 66.
Al instante en que llegan al punto clave con los huevos transparentes, ambos tratan de empujarlos, pero les queman las palmas de las manos solo con su toque.
— ¡Auch! — Jadea Varya quejándose.— Ahora ¿cómo lo vamos a hacer?
— Déjame pensar. — Comienza Igor buscando una solución, pero no la encuentra.
En ese momento lo único que les queda es soportar el dolor hasta que los guerreros se encuentran lo suficientemente afuera para poder ser liberados del cautiverio.
En ese momento en el que deciden inspirar y luego exhalar el aire para comenzar a resistir de manera contundente el dolor que parecía atravesarlos por completo, ambos comienzan a empujar las esferas con los guerreros inconscientes.
Sin embargo, en ese instante escuchan el cascabeleo de una enorme serpiente detrás de ellos que les eriza la espalda completa.
La serpiente nocturna los había notado y ahora estaba justo detrás de ellos, en automático Varya e Igor se giran antes de escuchar un grito desgarrador.
— ¡No vean sus ojos