Capítulo 140.
Johana se encuentra caminando de un lado a otro, deambulando como si fuera un alma en pena.
— Oh luna, oh luna, necesito que se encuentre bien, necesito...
Y en ese momento la pared de una de las secciones de la habitación se abre como si fuera por arte de magia y de entre las rocas brota Alfa Randolf con Alena entre sus brazos.
— ¿Se encuentra bien? ¿Está despierta?
—Ella está dormida, pero con el pulso estable… — Responde Ranodlf con la tranquilidad mas asentuada en el en ssu luna.
— ¿Dónde estaban? ¿Se ha mejorado? — Cuestiona a Johana de manera desesperada al mismo tiempo que busca una sola señal.
Ve que Alena se encuentra bien y Randolf se mantiene en silencio, sin embargo en el momento en el que coloca de manera sutil y totalmente cuidadosa en la cama a su hembra, él comienza a susurrar.
— Mi amor, cariño, necesito que despiertes, mi amor. Es demasiado tiempo que has estado dormida. Ahora tu cachorro te necesita, yo te necesito, te extraño, te deseo. Por favor regresa.— Susurra