capitulo 30. despertar
Drago tiene a Otto sujeto por el cuello mientras que aprieta cada vez su mandíbula.
—No me obligues a matarte, Samanta es mía y pienso luchar por ella hasta el final. No pienso permitir que le pongas un dedo encima.
—La pusiste en una posición problemática, los ancianos no verán esto con buenos ojos.
—Ella me ama y yo la amo, y ambos…
Pero las palabras de Drago se ven interrumpidas por cierto aroma que lo hace soltar a Otto, el alpha alza el hocico y huele profundamente, en eso afina los ojos puesto que ese aroma era indiscutiblemente el de su luna.
Era la sangre de Samanta, y era demasiada sangre lo que podía oler.
—Es la sangre de ella, Samanta esta herida —Otto le dice a su lado mientras que ambos huelen en la misma dirección.
Debido a la cantidad de sangre que ellos dos se habían sacado no se percataron de que Samanta estaba mal herida.
Inmediatamente Drago y Otto corren en la dirección del aroma de ella, en cuestión de nada se aproximan a la casa de Víctor y es cuando Drago se pre