capitulo 13. dos alphas en combate
Otto empuja la puerta dándose cuenta de que se encontraba trabada desde dentro de la habitación, aplana los labios y termina por emplear un poco más de fuerza para abrir la puerta.
Al ingresar en la habitación mira hacia todos lados fijándose que Samanta no se encontraba por ninguna parte, camina con pasos firmes hacia el balcón, pero ella tampoco estaba allí. Desde allí mismo mira hacia la puerta del baño y frunce el ceño.
Se encamina con pasos suaves hasta llegar a la misma y dar pequeños toques.
—Se que estas allí escondida como una pequeña ovejita, yo te recomiendo que salgas por las buenas y no consigas que entre por las malas.
Samanta mira la puerta desde un rincón del baño, sujeta sus rodillas con fuerzas y ruega al cielo porque ese hombre no le haga nada malo.
—Entonces, ¿no quieres ser una niña buena? —Otto sonríe contra la puerta, gira el cuerpo recostando su espalda contra la misma, niega y sigue sonriendo —. Haces que las cosas sean más complicadas entre nosotros.
Empuña s