47. En la niebla II
Pov Juliette
Había dejado que Dara tomara la forma de Lycan; no somos una, pero nacimos con la posibilidad de cambiar a esa forma.
No entendía qué eran estas cosas, o tal vez sí lo sabía: hombres bestias, cosas que solo me leí en los muchos libros que creí de niña, eran de fantasía.
Destrocé a muchos, partí a otros a la mitad, pero seguían apareciendo como plaga.
Algo más allá de nosotras, entre la niebla donde Xantea y Mara luchan a muerte con esas cosas, vi un destello dorado ir y venir.
Se parece mucho al látigo de Kian.
Volteamos justo a tiempo para detener la cola llena de espinas que venía directo a nuestra cara; en un segundo ya estaba muerto aquel animal y ese destello brillante volvió a aparecer más cerca.
«Nuestro compañero, tal vez necesite nuestra ayuda».
Dejé que Dara avanzara; no muy lejos lo vimos, con su traje negro que le queda a la perfección, marcando muy bien sus fuertes músculos mientras los tatuajes brillan por su cuerpo.
Está de espaldas a mí, sacando sus látigo