Pov Leina
Me encontraba ansiosa, nerviosa y no sé el porqué.
Mis dedos tararean sobre la madera pulida del tocador, mostrando claramente mi nerviosismo.
Las doncellas corren de un lado a otro, preparando telas, flores y quién sabe qué más cosas.
Me miro en el espejo y me veo riéndome de los nervios.
«Tranquila, lo harás bien, no es como que vaya a dejarnos plantadas; en dado caso, lo perseguimos hasta en sus sueños y luego lo guindamos de las pelotas grandes que tiene».
«Jajaj… Ava, no me ayudas con eso».
La doncella que había salido regresó para terminar de arreglar mi cabello. Hizo un semi recogido hermoso y luego lo completó con un broche de flores con diamantes.
—Aquí está… el hermoso vestido— me levanté al escuchar a la señora Hera, que puso ante mí su magnífica creación.
Es un hermoso vestido de color blanco y azul oscuro; no tiene muchas capas. Además, tiene detalles en oro blanco y pequeños diamantes que fueron bordados a mano.
Sí, es un vestido que grita lujo, pero también es