Maeve
Luca y yo pasamos el día en una especie de misión de espionaje, siguiendo al profesor Rogers a través del campus de la universidad.
En realidad, aunque parecía una tarea seria, mi motivación principal era evitar a Kane por ahora. La marca del golpe que me había dado Rogers todavía estaba visible en mi piel, y no tenía ni idea de cómo reaccionaría Kane si la veía.
Decidí no contarle nada hasta que tuviéramos más información, algo que justificara la inevitable tormenta que seguiría.
Mientras observábamos al profesor entrar en el edificio de ciencias desde una distancia segura, me apoyé contra el muro del jardín, sintiendo el aburrimiento empezar a hacer mella en mi paciencia.
—Nunca pensé que seguir a alguien pudiera ser tan increíblemente aburrido, —murmuré, bostezando exageradamente.
Luca se giró hacia mí con una sonrisa torcida.
—¿Qué esperabas? ¿Acrobacias y persecuciones en auto? Esto no es una película de acción, Eve, es la vida real.
—Pues la vida real podría esforzarse un