—El peor escenario sería que los Reyes no resistamos y seamos hundidos por los Lagos en alianza con otras fuerzas, ¡destruyendo el legado familiar de un solo golpe!
Las palabras de Isabella sorprendieron a todas.
—No puede ser tan grave, ¿verdad? Nosotros, los Reyes, somos más fuertes que los Lagos —objetó Luciana.
—No olvides que Eduardo fue una figura importante en su juventud, con conexiones extraordinarias en diversos campos —Isabella frunció el ceño—. Además, la última vez los Reyes ofendieron a muchos médicos famosos, algunos con grandes influencias, que estarían encantados de vernos caer.
Con esta observación, el semblante de todas se ensombreció.
Los Reyes parecían no tener escapatoria.
—Valentina, ¿deberíamos activar las fuerzas ocultas de los Reyes? —preguntó de repente Mariana.
Valentina arqueó una ceja y negó sin dudar.
—Aún no hemos llegado a ese punto, no es el momento —rechazó directamente—. Intentaré comunicarme con los Lagos.
Valentina marcó el número de los Lagos y ac