—¿Quién puede contactar ahora a Gabriel? —preguntó Valentina con impaciencia, cruzándose de brazos, a las hermanas Reyes.
Sentía un profundo desprecio por Gabriel y no quería tener más relación con él.
Pero ahora Gabriel tenía un valor útil.
Antes, cada mañana encontraba el periódico comercial que Gabriel dejaba preparado, con una sección dedicada a la bolsa que comentaba las acciones de diversas compañías, con críticas tanto positivas como negativas.
Valentina, siguiendo su propio criterio, seleccionaba algunas para comprar, y hasta ahora nunca había perdido.
Esto le había dado una enorme confianza.
Por eso, cuando la compañía comenzó a perder dinero, pensó inmediatamente en invertir en bolsa.
Esta vez, planeaba hacerlo en grande, comprando en cantidad las acciones que consideraba prometedoras para venderlas cuando subieran y obtener grandes beneficios.
El primer paso era encontrar ese periódico comercial.
Desafortunadamente, después de mucho buscar, no lo había encontrado.
—Valentina