—Gabriel, ¡tengo una buena noticia! —temprano por la mañana, Sofía buscó a Gabriel muy emocionada.
—¡Los Lagos de repente cambiaron de opinión! ¡El padre de Diego me llamó personalmente para disculparse por incumplir el contrato y quiere volver a colaborar con nosotros, ofreciendo un precio mucho más bajo que antes! —exclamó entusiasmada.
Estos dos días había estado muy preocupada. Gabriel había herido gravemente a Diego, y temía que los Lagos buscaran venganza sin importar las consecuencias, pensando constantemente en cómo mantener a Gabriel a salvo.
Inesperadamente, esta mañana los Lagos no paraban de llamar, disculpándose cortésmente y ofreciendo suministrar materiales a la compañía de los Méndez a precios extremadamente bajos.
Sofía estaba asombrada. Diego había resultado gravemente herido, y no solo los Lagos no buscaban responsabilidades, sino que activamente buscaban colaborar, reduciendo drásticamente sus precios.
Sofía entendía el negocio; con los precios ofrecidos por los Lag