Eros
No me gustaba mentirle a Nadina, por eso desvié el sentir de mi estado era por la llegada de Andy. Pero lo mío era por mi salud. Sin embargo, hasta no tener a mis hijas en mis brazos no le diré nada. Aún no tengo pruebas de haber recaído. Ingresé al auto. Santos y Maco no deben de tardar, máximo en una hora estarán llegando, eso me tranquilizaba y Leonardo quedó atento. Antes de salir le toqué, me dijo que se arreglaría y estaría al pendiente.
En todos los exámenes a realizar por parte de Alex, tardaré unas tres horas, por consiguiente, a mi regreso la visita se encontrará en nuestro apartamento. Lo mejor de todo, era que íbamos a comer delicioso mientras Maco se encuentre en la casa. Nadina cocina muy rico, pero Maco cocinaba como los dioses. Llegué a la clínica. El celular sonó, era mi papá.
—Hola, padre.
—¡Eros! —Su voz era alarmante.
—¿Qué pasa? ¿Mamá se encuentra bien? ¿Ernesto y Angélica no les ha pasado nada?
—Ellos están bien. Es… ¿Recuerdas la conversación del jueves?, d