—¡Espera! ¡Isabella!
Leonor, apoyándose en su bastón, temblaba mientras se acercaba a mí. —¡No puedes irte así! ¡Sigues siendo la Luna de la familia Piedra! ¡Eres la esposa de mi hijo!
Me detuve y miré a la vieja hipócrita.
—¿Luna? ¿Esposa? —me reí con desdén—. Leonor, ¿no estabas diciendo hace un momento que mi linaje no era lo suficientemente puro para tu familia?
—Eso... eso fue un malentendido...de verdad—la voz de Leonor se apagó—. Podemos empezar de nuevo...
—¿Empezar de nuevo? —miré a Esteban, que me observaba con terror— ¿Acaso no es tu querido hijo quien rompió nuestrovínculo de pareja?
Los miembros de la manada alrededor comenzaron a murmurar inquietos. Estaban empezando a comprender la gravedad de la situación.
El Rey Mateo me había llamado "Su Alteza". ¿Qué significaba eso?
—Rey Mateo —Marcos, el Alfa de la Manada Torres, preguntó con cautela—. Disculpa... pero, ¿cuál es la verdadera identidad de la señorita Isabella?
Mateo se volvió hacia todos, su voz resonando con fuerza