Capítulo 9. La Sobrecarga de la Realidad: Valentina.
Después de mi presentación, me senté a escuchar las ponencias de otros expertos. Los temas eran variados: sostenibilidad, innovación tecnológica, políticas de desarrollo regional. Intenté absorber cada palabra, pero mi mente, ahora libre de la tensión de mi propio discurso, empezó a divagar de nuevo hacia la posibilidad de Alejandro. ¿Sería posible que él se interesara realmente? La parte lógica de mi cerebro se reía de la idea, pero el corazón, necio, insistía en aferrarse a la esperanza.
De repente, mi teléfono vibró en mi bolso. Era un mensaje de Santiago, mi hermano. El mensaje me heló la sangre al instante.
"Valentina, por favor, llámame urgente. Mamá se puso muy mal otra vez. Necesitamos dinero, y rápido. Los tratamientos…”
El mundo a mi alrededor se desvaneció. La sala de conferencias, los políticos, las palabras altisonantes sobre el futuro de Medellín, todo se volvió borroso. Mi madre. Sus problemas de salud. Los tratamientos caros que Santiago y yo apenas podíamos costear, l