Capítulo 111. El Silencio de la Sangre.
**Beatriz**
Era extraño cómo el miedo podía volver a instalarse en el cuerpo como una vieja costumbre. Pensé que lo había dejado atrás, años atrás, cuando Juan José era solo un niño obsesionado con el orden, con controlar los juegos, con no tolerar perder ni en una carrera hasta la puerta.
Pero ahora, sentada en este apartamento, rodeada de paredes frías y del eco de mis decisiones, entendía que el miedo nunca se había ido.
Solo había aprendido a disfrazarse.
Juan José entró sin anunciarse. No golpeó la puerta. No hizo ruido. Como un espectro. Como si la casa también le tuviera miedo.
—Mamá —dijo con esa voz suave, casi afable, como cuando era niño y quería que le ocultara algo al padre.
Yo estaba en la sala, con una copa de vino que ni siquiera había probado. Me puse de pie.
—Juan José... no deberías estar aquí. La policía...
—La policía no es mi problema —interrumpió—. Tú sí.
Sentí un escalofrío. Pero me mantuve erguida.
—He hecho todo lo posible por protegerte —le dije—. Me he call