-Te juro que no hay nada en el bosque, solo son los guardias. - la voz de Zhara llegaba suavemente a mi oído, la mano de Tristan me puso de pie. Estaba sacudiendo la tierra de los jeans cuando un grupo de empleadas pasó riendo por la escena. Sentí los colores subirme a la cara.
-Lo lamento, supongo que estoy muy cansada. - miraba a Tristan, estaba preocupado pero no dijo ni una palabra.
Seguimos subiendo la pequeña colina hasta llegar a un claro, el pasto estaba pulcramente cortado y un edificio de 3 pisos se abría paso fuera de la montaña y los árboles.
-A nuestra señora le gusta la arquitectura, les va a encantar su habitación; los anote en la zona elite. - aunque Zhara hablaba firme, su voz parecía lejana; tenía la sensación de ser vigilada y no me gustaba.
Cuando entramos al edificio todo parecía diferente, era una casa tradicional con muebles cualquiera, algunos muros tenían indicaciones para la distribución. Zhara señaló un pequeño letrero que decía “Elite” y comenzó a reírse to