-¡Donny!, abre los ojos, grandísimo chorlito de cascos ligeros. -Estaba molesta, triste, asustada y sin aire. No había notado lo grande que era el cuerpo de Donovan, incluso ahora que estaba débil y enfermo, era una enorme roca.
“Está herido, no está sanando. ¡Haz algo!”, RoseOnyx tenía razón, algo estaba definitivamente mal.
-Hu-ye. - la voz de Donovan salió apenas como un susurro, sangraba mucho y tenía la mirada fija, sus ojos ya no eran un pozo oscuro, bajo sus frondosas y largas pestañas doradas estaba nuevamente esos ojos como la miel pero estaba perdiendo la luz; muy rápido.
-No me iré a ningún lado hasta que te quites de encima.