Alan regresó ese día más temprano a la mansión y cenó con su familia. No terminó de comer y decidió retirarse de la mesa. Enma intentó convencerlo de que terminara el plato.
—No tengo hambre mamá. —Dijo cabizbajo.
—Estas bajando mucho de peso y te estas alimentado mal. —Alan hizo caso omiso y se levantó de la silla, ella quería insistir pero Harry la detuvo.
—Déjalo Enma, sabes que está sufriendo y un plato de comida no hará la diferencia. —Marian agregó:
—Rous también debe estar muy triste.
—Debe estarlo, pero ni se te ocurra comentarle eso a tu hermano. Ya se comprometió con Paola, debemos apoyarlo, solo así podremos evitar que suceda una desgracia.
Alan salió a la terraza a fumar un cigarrillo. Tenía a Rous en el pensamiento como siempre lo hacía.