Alyssa
— ¿De verdad crees que es necesario que venga con nosotros? —Dije mientras me tapaba los oídos.
El perro de Andrew no había parado de ladrar desde que habíamos salido de casa y sus chillidos ya me tenían harta. Observé al cachorro una vez más en el asiento trasero y lo fulminé con la mirada.
—Cállate de una buena vez. —Le dije al animal para luego volver mi vista hacia al frente de nuevo.
—Creo que se siente muy solo allí atrás. —Dijo Andrew separando su vista de la carretera. —Es mejor que lo tengas en tus piernas mientras llegamos.
— ¿Qué? —Dije al instante. —Ni se te ocurra...
Andrew se estiró un momento y con una mano al volante y la otra estirada, tomó al cachorro y lo puso en mi regazo. El perro instantáneamente dejó de chillar y se acostó cómodamente en mis piernas. Aparté mis manos para que no me tocara y observé a Andrew con enojo mientras él, por su parte, solo soltaba una carcajada.
—No sé por qué actúas de esa manera. —Dijo divertido. —No te va a morder, Beckham.
—N