Mundo ficciónIniciar sesiónLa pequeña casa de Andrea solía ser acogedora. Sin embargo, durante la cena de esa noche reinaba un silencio incómodo, apenas interrumpido por el choque de cubiertos contra los platos. Entendía a la perfección el motivo.
Luego de abandonar la jefatura, la noticia sobre la contradenuncia corrió por todas partes como pan caliente. Cada noticiero hablaba acerca de la sospechosa de homicidio que le volteó la torta a los Borbón. Sabía que pasaría. Esa presión mediática los obligaría a devolverme a mi bebé, pero ver la furia en los ojos de Rebeca me dejó un mal presentimiento. Temía que, en un ataque de locura, quisiera vengarse a través de mi pequeño.
Un suspiro se me escapó. Éramos cuatro en la mesa: Andrea; su hijo, Patricio —o como ella le llamaba, “Patito”—; Héctor, su prometido, y yo. Antonio no se quedó a cenar, regresó a su agitada agenda de abogado famoso.
Andrea intentaba mantener el ambiente liviano.
—Casi me atraganto cuando dijeron “los Borbón podr







