Capítulo 28. Una versión extra oficial.
Melisa salió del departamento de Sebastián como un rayo, sin mirar atrás, sin siquiera despedirse de él con un beso. Y no era por falta de deseo, eso definitivamente quedaba descartado, más aún después de ver la forma como él la miraba esa mañana, vestido con esa camiseta, era casi letal, apenas sus abuelos se fueron, enviándole indirectas que los llevarían a revivir la pasión de la noche anterior, sino porque necesitaba un respiro. Una pausa para pensar lo que había pasado. Un lugar donde recuperar la compostura.
Y su apartamento era ese refugio para ella.
Se duchó de nuevo, se vistió con ropa sobria y profesional, ocultando su cabello en una coleta alta, con un poco más de fuerza de lo normal. No había pasado ni una hora desde que se había marchado del departamento de Sebastián y ya se sentía el tema del día. No era ingenua.
Sabía que no podría ocultarlo por mucho, no después del escandalo que armaron los abuelos el día anterior.
Melisa caminaba por el lobby de entrada de la empresa