“Un piso más, solo uno más, resiste”
Lucas se dio ánimos mientras subía los últimos escalones que lo separaban de su amada.
Llegó al piso y corrió con todas sus fuerzas en largas zancadas a través del pasillo que se sintió interminable, como en una pesadilla de esas en que no puedes moverte de tu lugar, aunque lo intentes, pero finalmente el magnate llegó a la puerta, que intentó abrir con la manija, dándose cuenta de que estaba cerrada desde adentro.
Escuchó unos quejidos que estaba seguro de que eran de Sofía y después algo de vidrio rompiéndose, para que luego reinara el silencio.
Un silencio que fue peor que cualquier otra cosa, porque no significaba nada más que lo peor.
-¡Sofía!- gritó desde sus pulmones, dio unos pasos hacia atrás y de una fuerte patada rompió la puerta junto con el cerrojo, abriéndola de par en par.
Entró rápidamente, temiendo lo peor y haber llegado demasiado tarde.
Había prometido que protegería a su amada de todo mal, que nunca más nadie le pondría un