—Sergio tiene suerte de casarse contigo —dijo con nostalgia Alicia.
Esbocé una leve sonrisa sin responder.
En realidad, ¿no era yo también afortunada? Cuando Carlos me traicionó, encontré a Sergio, quien me sanó y me redimió por completo.
—¿Cuándo volverán? —preguntó ansiosa Alicia.
—No estoy segura —respondí sin dar detalles.
Alicia suspiró con tristeza:
—Sara, cuando regreses, ven a hablar conmigo. Me siento muy angustiada.
Pensando en que el conflicto entre ella y Carlos se debía en parte a que me defendió echando a Beatriz, acepté resignada:
—Claro, iré a verlos a usted y a Gabriel cuando regrese.
—Bien, y cuídate mucho, ten cuidado en lugares desconocidos —me advirtió cautelosa.
—Lo haré —respondí—. Y usted no se enoje tanto.
—Ay... —suspiró profundamente Alicia.
Colgué y exhalé por un largo rato.
Desde el conflicto con Carlos, notaba que las conversaciones con Alicia y Gabriel se tornaban cada vez más agobiantes.
Guardé cuidadosa el teléfono y miré hacia Sergio y su hermana. No s