Capítulo 255
Así que me quedé algo quieta, esperando ver cómo lo resolvería el mesero.

Pero antes de que el mesero actuara, Carlos tomó los dos jugos naturales. Puso uno frente a mí y, sosteniendo el otro, le dijo a Alicia con firmeza:

—Mamá, como tiene el azúcar alta, pedí que le prepararan un jugo de verduras.

Antes de que Alicia pudiera decir algo, Carlos ya había puesto el otro vaso justo frente a Beatriz.

Ella le dedicó una sonrisa frágil, que parecía a punto de quebrarse.

Su expresión era realmente algo conmovedora. No solo los hombres, hasta yo me sentía mal al verla así.

Quizás Alicia también lo notó, porque por fin se contuvo de hacer más comentarios hirientes.

Los platos empezaron a llegar, todos mis favoritos. Alicia no paraba de servirme, tanto que empecé a sentir como si tuviera algún problema en las manos y no pudiera hacerlo por mí misma.

Carlos y Beatriz parecían solo espectadores, completamente ignorados.

Hasta yo me sentía incómoda.

Si estuviera en su lugar, terminaría con una ind
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