Capítulo 57: Extraño
- Erika.
La nombrada solo atinó a escuchar que alguien le llamó por su nombre y al tratar de dar la media vuelta para buscar a esa persona, se encontró atrapada en un fuerte abrazo.
- Buuuu eres una maldita, ¿Cómo pudiste dejarme solo por tanto tiempo? – se quejó esa persona.
- Eh… ¿Silvio? – habló asombrada la pelinegra al separarse de su abrazo – pe… pero qué… ¿Qué te hiciste?
- ¿Te gusta? - preguntó coqueto dando una vuelta para que ella admirara su cuerpo musculoso.
- Pero… wa… que cambio, si la última vez que te vi eras un palito – dijo asombrada estirando su mano para tocar uno de sus brazos para comprobar que esos músculos eran reales.
- Eso es porque la otra vez me pasó algo horrible – comentó haciendo un puchero – si tienes tiempo te cuento con un café.
- Bueno… - ella miro a ver su reloj de mano – tengo algo de tiempo.
- Excelente vamos y…
- Ejem… - en eso Antonio se acercó hasta ellos y miraba de forma retadora al rubio.
- Oh… Perdón Erika, ¿estabas con