Uno de los mejores días del año había llegado era el cumpleaños de Ángel. El niño entró a la habitación de Elizabeth con gran alegría, se subió a la cama y comenzó a gritar.
—Ya es día, ya es día mami levántate, hoy es mi cumpleaños. —Dijo Ángel mientras daba saltos sobre la cama
—Buen día, cariño Feliz cumpleaños que tal si cierras los ojos. —Añadió Elizabeth inclinándose a un lado de la cama para agarrar un regalo que tenía guardado.
—Ok mami está bien.
—Cuenta hasta cinco y abre los ojos.
—Uno, dos, tres, cuatro, cinco. ¡Wow mami es fantástico!, una colección de dinosaurios, gracias se los mostraré a papá.
—Está bien campeón, yo tomare una ducha para estar lista cuando llegue la agencia con los aperitivos, ve y juega con tu padre.
Era momento de levantarse, el día sería largo, dentro unas horas estarían un grupo de niños en el jardín corriendo de un lado a otro y dando paseos en ponis.
—Ya estas listas