18. "Te me antojas"
CAMIL DE LA FUENTE
Sin saber cómo manejar el error que acababa de cometer, al permitir que Farid me besara, salí de la sala de cirugía menor dejando a  Marta  haciéndole compañía al árabe.  De seguro  mi mejor amiga se encargaría de echarlo del hospital, y de ser posible del país.
Ese no era el modo de hacer las cosas, ¡por Dios!
Yo  no podía estar yendo por ahí besado al padre de mi hija, sin pensar que eso tendría consecuencias directas, si se llegara a desentrañar alguna vez la verdad.
Si Farid no pensaba dejar Atlanta, yo tendría que tomar a mi hija y desaparecer hacia otro de los cincuenta estados, pero lejos de ese jeque, de su  influencia sexual sobre mi y de esos besos que me  robaban hasta las ganas de pensar.
Farid podía ser muchas cosas, pero ninguna de ellas lo hacía fácil de evitar o  de resistir.
Y si… resistir era la palabra correcta…porque yo  no podría evitarlo tanto tiempo o borrarlo aunque lo deseara con todas mis fuerzas.
Farid era parte de m