Corro como una poseída y salgo del supermercado y me dirijo hacia donde el auto va rodando con lentitud.
— Oiga, ladrona ¿Qué se ha llevado? — Observo mis manos y veo la caja de chocolates, que cuesta cinco euros — ¡Ladrona! ¡Deténganla! — Grita el vendedor de la tienda.
La gente me mira con extrañeza mientras observo como Aisha acelera un poco más ¡mierda! Seguro que correr no va a ayudarle a mi piso pélvico.
Acelero mis pasos porque desde donde me encuentro puedo ver como Litia que lleva un vestido de verano blanco, se vuelve y empieza a correr al ver el auto
¡Maldición!
Un vestido corto de falda de vuelos y tutú no es la mejor idea de un traje para correr, el tutú empieza a picarme por el sudor y la gente me mira como si fuera un hada.
Aunque pienso que en realidad me miran como si fuese una loca disfrazada de hada c